Reflexiones sobre el Madrid Economic Forum 2025
El pasado fin de semana, el Madrid Economic Forum 2025 ofreció más que un análisis económico; se convirtió en un reflejo del cambio en el humor político y cultural de España, especialmente sobre una cuestión que toca el núcleo de la vida moderna: ¿cuánta de nuestra libertad financiera estamos dispuestos a intercambiar por conveniencia digital? Desde el espectro de las CBDCs hasta el debate más amplio sobre la vigilancia estatal y las políticas económicas actuales, esa tensión fue imposible de ignorar.
Con más de 7,000 asistentes y el apoyo de Bit2Me, el foro reunió a destacadas figuras del ámbito económico, emprendedores y analistas. Sin embargo, las conversaciones se extendieron mucho más allá de la economía hacia la cultura, la política y las formas en las que pensamos sobre el futuro, así como sobre cómo protegemos nuestra libertad y acumulamos y transferimos valor.
Este diverso grupo de voces ofreció un retrato de la economía española y una perspectiva sobre los dilemas políticos y culturales más apremiantes del momento. Entre los debates sobre políticas económicas, pensiones, seguridad y activos digitales, un tema emergió con fuerza: las CBDCs. Y no en un tono celebratorio.
Advertencias sobre las CBDCs
Marc Vidal emitió una clara advertencia: “Las CBDCs no son innovación financiera; son un posible instrumento de control y, en muchos sentidos, representan lo contrario de lo que el ecosistema cripto defiende: la libertad individual, la descentralización y la privacidad.”
Sus comentarios resonaron profundamente en un foro que reunió no solo a economistas y líderes empresariales, sino también a científicos políticos, periodistas, analistas y políticos que han pasado décadas observando y moldeando la evolución de España.
La realidad de América Latina
Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, América Latina avanza en la dirección opuesta. En países como Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela, la adopción de activos digitales descentralizados, criptomonedas, stablecoins y sistemas de pago alternativos ha aumentado en respuesta a la inflación crónica, la desconfianza en las monedas nacionales y la necesidad de preservar la libertad financiera.
Allí, lejos de demonizar estas herramientas, millones de ciudadanos las utilizan a diario como reserva de valor y medio de intercambio, en un entorno donde la regulación estricta de Europa sería casi inconcebible.
Un cambio de paradigma
Martín Varsavsky dejó su huella con su trayectoria personal como emprendedor internacional, enfrentando fracasos y éxitos, y con un impulso constante por abordar los problemas del mundo, una empresa a la vez. Sin embargo, también subrayó que el cambio se acerca.
Recordó a la audiencia que España, en la década de 1990, era una nación en transformación: construyendo trenes de alta velocidad, abriendo su economía y modernizando su infraestructura. Sin embargo, era menos digital, menos interconectada y, de cierto modo, más libre en aspectos personales.
El costo del control
En un foro que celebró la libertad habilitada por los activos digitales y el emprendimiento digital, el mensaje fue claro: las CBDCs corren el riesgo de convertirse en un caballo de Troya para un sistema financiero más centralizado y vigilado. España ciertamente ha cambiado; es un país más abierto, más conectado, más integrado en Europa, sea cual sea el sueño europeo.
Sin embargo, todavía arrastra viejas cargas: una mentalidad aversa al riesgo, un entorno fiscal y regulatorio que penaliza la iniciativa privada y una cultura política que no ha sabido ni querido fomentar la creación de riqueza. Las autoridades fiscales de España han intensificado su escrutinio sobre emprendedores, autónomos y empresas bajo nuevas y continuas medidas que a menudo se perciben como draconianas.
La necesidad de un cambio en Europa
La conversación que finalmente impregnó los pasillos y paneles fue aún más amplia: el proyecto europeo en sí. Políticos, analistas y líderes empresariales coincidieron en que Europa, particularmente su flanco sur, no genera suficiente riqueza ni crea las condiciones necesarias para competir en un mundo que acelera rápidamente. La unión monetaria se ha convertido en una camisa de fuerza que impide a los países del sur desplegar sus propias políticas monetarias para estimular el crecimiento.
Quizás lo más preocupante, como enfatizaron oradores como Daniel Lacalle y Pedro Buerbaum, es la casi total ausencia de una cultura de emprendimiento, toma de riesgos y creación de riqueza en el sur de Europa.
“¿Cómo se puede construir la prosperidad cuando quienes crean empleos son penalizados más que aquellos que los destruyen?”
Reflexiones finales
En este contexto, el discurso de cierre de Javier Milei ofreció una dosis de realidad. Por primera vez en décadas, hay creciente confianza de inversores internacionales y un cambio cultural que ha restaurado la esperanza de los argentinos y la dignidad de prosperar sin el yugo del estado.
La pregunta quedó en el aire: ¿Podrá España y Europa recuperar su dinamismo, o continuarán derivando hacia un modelo de control y estancamiento?
El Madrid Economic Forum 2025 dejó claro que este debate ya no es ideológico; es existencial.
Los oradores enviaron un mensaje contundente a los ciudadanos: en un entorno cada vez más incierto y controlado, es más importante que nunca cultivar el pensamiento crítico, buscar información rigurosa y atreverse a iniciar negocios. No es suficiente esperar reformas desde arriba; la prosperidad de una nación también se construye a través de la iniciativa privada.
Tal vez ahí es donde radica la mayor esperanza de España. Una nueva generación, equipada con tecnología, redes globales y una comprensión más aguda de cómo la libertad y la prosperidad están entrelazadas, ya no está dispuesta a aceptar el viejo modelo de control y estancamiento.