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Demanda de Genesis alega un esquema de ‘alter ego’ de DCG que ignoró advertencias

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Revelaciones sobre la Queja del Prestamista de Criptomonedas

Una recién des sellada queja del prestamista de criptomonedas en quiebra, Genesis, revela comunicaciones internas en su empresa matriz, Digital Currency Group (DCG), que sugieren que los ejecutivos eran conscientes de la mala gestión financiera y de los riesgos legales inminentes relacionados con su control sobre Genesis.

Conocimientos de Riesgos y Preparativos Legales

De acuerdo con el expediente del Tribunal de Cancillería de Delaware, el director financiero de DCG, Michael Kraines, reconoció el riesgo de que Genesis pudiera ser considerado el “alter ego” de DCG. En un memorando confidencial compartido con el ex CEO de Genesis, Michael Moro, y otros, Kraines expuso un «ejercicio de guerra» preparándose para los argumentos legales que un futuro demandante podría plantear si Genesis colapsara.

“La pregunta que tengo es simplemente: ‘si Genesis se autodestruyera, ¿podría eso perjudicar gravemente a DCG y a su junta directiva y accionistas?’ Mi reflexión inicial es la siguiente,” escribió Kraines a Moro, indicando que se estaban preparando para una inminente caída legal.

Advertencias Ignoradas y Cultura Laboral Tóxica

El expediente revela, además, que DCG contrató consultores de riesgo externos que emitieron advertencias que fueron ignoradas o a las que se reaccionó demasiado tarde. Documentos internos muestran que DCG admitió que Genesis estaba “volando a ciegas” mientras su cartera de préstamos se expandía de $4 mil millones a $12 mil millones.

Auditores externos ya habían señalado “deficiencias significativas y debilidades materiales” en los controles financieros de Genesis desde 2020. Se formó un comité de riesgo de “contagio” dentro de Genesis para mitigar la exposición. Sin embargo, su primera reunión no ocurrió hasta nueve meses después de la aprobación por parte de la junta de DCG. Kraines supuestamente bromeó diciendo que la demora “hizo que mi futura declaración fuera un poco más fácil.”

La queja también describe una cultura laboral tóxica donde se esperaba que los empleados de Genesis sirvieran a los intereses de DCG a expensas de una adecuada governance. Un informante escribió que DCG mantuvo a Genesis vivo “para que [pudiera] saquear el balance… respaldar [a Genesis], dar [la] impresión de estabilidad, […] y luego pedir prestado mientras pudieran para sacar el efectivo de esto.” El personal de Genesis se refería internamente al ambiente de la firma como una “cultura de sumisión.

“No son meramente disputas técnicas sobre contabilidad interempresarial,” dijo el Comité de Supervisión de Litigios de Genesis. “La Queja de Delaware expone un esquema deliberado de DCG y Barry Silbert para saquear a Genesis mientras colapsaba.”

Cointelegraph se puso en contacto con DCG para comentar, pero no había recibido respuesta al momento de la publicación.