Crypto Prices

El Futuro de los Modelos No Custodiados en un Mundo Post-Coinbase | Opinión

antes de 5 horas
3 minutos leídos
1 vistas

Divulgación: Las opiniones y puntos de vista expresados en este artículo son exclusivos del autor y no representan necesariamente las opiniones de la editorial de crypto.news.

A medida que se disipa la polvareda tras la última ola de ataques de phishing, violaciones de seguridad y creciente presión regulatoria, surge una conclusión ineludible: la era de la custodia centralizada en criptomonedas está alcanzando un punto de inflexión. Aunque Coinbase puede mantenerse firme como el modelo de adopción impulsada por exchanges, sus crecientes vulnerabilidades ponen de manifiesto un fallo sistémico. Los usuarios continúan siendo instados a confiar en un tercero para la gestión de sus activos, su privacidad y su seguridad. En un mundo post-Coinbase, este modelo de confianza ya no es sostenible.

El próximo capítulo de las criptomonedas se centra en la infraestructura no custodiada: modelos que devuelven el control al usuario sin sacrificar seguridad, usabilidad o velocidad. La máxima de «no tus claves, no tus monedas» está evolucionando de ser un grito de guerra a un principio arquitectónico para la próxima generación de plataformas de criptomonedas.

Eventos recientes, como las pérdidas estimadas de 300 millones de dólares relacionadas con phishing en Coinbase, resaltadas por investigadores como ZachXBT, indican que las plataformas centralizadas están sintiendo la necesidad de operar como bancos, empresas tecnológicas y autoridades de cumplimiento simultáneamente. Sin embargo, al hacerlo, adquieren las peores vulnerabilidades de cada uno de estos modelos.

La confianza que los usuarios depositan en estos intermediarios se convierte en un único punto de fallo, que es explotado no solo por hackers, sino también por incentivos desalineados y sistemas opacos. Actualmente, estamos viendo a los usuarios, especialmente a la próxima ola de adoptantes, demandar plataformas que sean similares a Coinbase, pero sin la necesidad de custodia. Ellos desean tener rampas de entrada y salida sin complicaciones, interfaces intuitivas y transacciones rápidas, sin renunciar a la soberanía sobre sus fondos.

La mayoría de las plataformas denominadas «no custodiadas» aún exigen que los usuarios superen numerosos obstáculos solo para realizar lo básico. Mientras tanto, gigantes centralizados como Coinbase han construido imperios priorizando la facilidad de uso sobre los principios fundamentales de las criptomonedas. Ese compromiso ya no es aceptable. La verdadera oportunidad radica en crear plataformas que no obliguen a los usuarios a elegir entre control y conveniencia.

Las criptomonedas deben ser tan simples como intercambiar tokens en cuestión de segundos, sin registros, sin creación de cuentas y sin entregar identidades a una caja negra.

La mayoría de las rampas de entrada fiat aún canalizan a los usuarios a través de terceros que operan como bancos disfrazados. El futuro es nativo de billeteras, no impulsado por intermediarios. Necesitamos infraestructura KYC (Conozca a su Cliente) y de pagos que respete la soberanía, no plataformas que vean a los usuarios como activos a ser monetizados.

Y es fundamental abandonar la fantasía de que los usuarios van a «puentear», «envolver» y «desenvolver» cada vez que se mueven entre cadenas; nadie tiene tiempo para eso. Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH), Solana (SOL) y Cosmos Hub (ATOM) deben poder funcionar desde una única interfaz, sin jerga y sin necesidad de saltar entre pestañas.

La seguridad no puede consistir simplemente en decirles a las personas «no olvides tu frase semilla» y darlo por hecho. Eso es una falta de rigurosidad. Las plataformas no custodiadas deben integrar medidas de protección reales: opciones de recuperación, defensas contra phishing y configuraciones inteligentes, sin convertir a cada usuario en su propio departamento de TI.

Para lograr esto, la capa de herramientas debe evolucionar. Las plataformas no custodiadas no pueden simplemente imitar la interfaz de Coinbase; necesitan un enfoque de backend completamente diferente.

Esto implica billeteras integradas que los usuarios no tengan que gestionar manualmente, permisos programables que puedan limitar transacciones de riesgo, y mecanismos de recuperación que no dependan de centralizaciones como reinicios de correo electrónico o copias de seguridad en papel.

Esto no se trata de simplificar la criptomoneda, sino de abstraer la complejidad sin oscurecer el control. Existen avances técnicos, desde firmas de umbral y direcciones sigilosas hasta recuperación social, pero estos deben ser productizados de manera que empoderen a los usuarios sin abrumarlos.

Igualmente importante es cambiar la narrativa de la adopción basada en el miedo hacia el empoderamiento. Las plataformas centralizadas se han beneficiado de la incertidumbre de los usuarios: «Déjanos encargarnos de eso, es demasiado complicado.» La próxima generación ganará diciendo: «Tú puedes hacerlo, y nosotros te apoyamos.» Ese cambio de mentalidad definirá qué billeteras, dApps y protocolos ganarán la lealtad de los usuarios en la era post-Coinbase.

La primera década de las criptomonedas se construyó sobre las espaldas de adoptantes tempranos dispuestos a enfrentarse a interfaces complicadas, terminología confusa y flujos de trabajo poco amigables. Pero los próximos mil millones de usuarios no tolerarán eso. Ellos esperan que Web3 cumpla con los estándares establecidos por sus aplicaciones favoritas. Esto exige que sea rápido, limpio, intuitivo y seguro por diseño.

La infraestructura que alimenta las finanzas no custodiadas debe aprender de las mejores prácticas de Web2, sin importar sus modelos explotativos. Esto implica priorizar la experiencia del usuario junto con el diseño del protocolo y tratar a los usuarios no solo como puntos finales, sino como co-propietarios de la red.

No podemos permitirnos seguir reetiquetando el viejo manual. El verdadero cambio está ocurriendo: en herramientas que se sienten tan fluidas como Coinbase, pero que no te piden que entregues tus claves, tus datos o tu confianza.

Pauline Shangett