Introducción a Drex
Fernando Haddad, el Ministro de Finanzas de Brasil, afirmó que el objetivo de Drex, la moneda digital del banco central (CBDC) del país, es aumentar la transparencia de los flujos financieros y facilitar las transacciones. Haddad negó que el gobierno busque ejercer control o monitorear los pagos a través de esta herramienta.
Perspectivas sobre la implementación
En un reciente pódcast, el Ministro compartió su perspectiva sobre la implementación de Drex y los objetivos detrás de su introducción en el sistema financiero. Reiteró que el verdadero propósito del ecosistema tokenizado de Drex es facilitar las transacciones para la población, en lugar de supervisar sus pagos.
«Drex ofrece transparencia, no control; para eso no es»
, explicó Haddad al ser cuestionado sobre el tema.
Críticas y preocupaciones
Estas declaraciones responden a las críticas de algunos ciudadanos e incluso legisladores, como Julia Zanatta, quienes han expresado preocupaciones sobre el proyecto debido a su naturaleza disruptiva. El año pasado, Zanatta advirtió sobre el efecto negativo que podría tener la adopción masiva de un real digital, oponiéndose a la posible eliminación del dinero físico y considerando a Drex como un sustituto.
Visibilidad y costos de transacción
Sin embargo, Haddad desestimó estas afirmaciones, señalando que Drex podría aportar visibilidad a flujos de usuarios individuales, como las exenciones fiscales. Además, criticó los altos costos de transacción en Brasil, atribuibles al gran número de intermediarios involucrados.
«Siempre hay alguien en el camino, siempre hay un peaje. En este momento, hemos aprobado una ley para regular la competencia de las grandes tecnológicas, que cobran peajes por todo»
, evaluó.
Desafíos y futuro de Drex
Finalmente, destacó que el proyecto ha enfrentado algunas dificultades relacionadas con el reciente hackeo de Pix y cómo el banco central lo gestionó. Se espera que Drex complete su fase piloto actual en 2026, eliminando su componente de blockchain y abordando otros temas relevantes para estar disponible para los ciudadanos brasileños lo antes posible, con una implementación completa estimada para 2030.