Crypto Prices

Este Proyecto Permite Enviar Bitcoin Sin Acceso a Internet

antes de 1 día
2 minutos leídos
4 vistas

Introducción

Un nuevo proyecto de código abierto ha desarrollado una infraestructura que permite a los usuarios sin acceso a Internet enviar transacciones de Bitcoin. Llamado Darkwire y presentado en el Hackathon Oficial de Bitcoin 2025, este proyecto utiliza radio de largo alcance y está diseñado para habilitar la comunicación en situaciones donde la infraestructura de comunicación tradicional, como Internet, la red eléctrica o las redes celulares, está «fuera de servicio o controlada».

Sobre el creador

Su creador, un programador seudónimo conocido como ‘cyber’, actualmente cursa un grado en inteligencia artificial y aprendizaje automático. En conversación con Decrypt, cyber explicó que Darkwire puede resultar necesario o deseable en regiones censuradas o políticamente sensibles, como el Cruce de Rafah o la frontera Indo-Tibetana, así como en áreas afectadas por desastres en las que la infraestructura ha sido destruida o desconectada.

«Darkwire es para quienes buscan privacidad o desean eludir la vigilancia de sus comunicaciones y transacciones», mencionó, añadiendo que no está destinado a bitcoiners más casuales. «Imagina que es como Tor pero para este caso de uso específico», agregó.

Funcionamiento de Darkwire

En cuanto al funcionamiento de Darkwire, cyber explica que el sistema utiliza Radio de Largo Alcance (LoRa) para crear una red de malla descentralizada, permitiendo que los dispositivos envíen pequeños paquetes de datos, como mensajes de texto o transacciones de Bitcoin, a distancias de varios kilómetros sin necesidad de conexiones tradicionales a Internet.

«Al menos un nodo en la red necesita estar conectado a Internet para que la transacción pueda ser enviada a la blockchain y verificada por los mineros», aclaró cyber.

Componentes de Darkwire

Además de los transceptores de radio de largo alcance, Darkwire utiliza microcontroladores, como el Arduino UNO, para formar una red de malla; una red descentralizada donde múltiples nodos están conectados entre sí, sin un punto de acceso centralizado. «Cuando un usuario desea enviar una transacción de Bitcoin mediante la interfaz gráfica de Darkwire, especifica la dirección del destinatario y el monto utilizando una billetera local gestionada por bitcoinlib (una biblioteca de Python)», indicó cyber.

«El nodo de Darkwire toma estos datos de transacción, los divide en paquetes más pequeños si es necesario, y los transmite de forma inalámbrica utilizando LoRa», añadieron.

Alcance y Limitaciones

En condiciones ideales, cada nodo de Darkwire tiene un alcance de 10 km en línea de vista directa, aunque en entornos más densamente poblados, el rango se reduce a entre 3 km y 5 km. «En la red de malla, otros nodos de Darkwire reciben estos paquetes y los retransmiten, saltando de nodo a nodo», continuó cyber.

Por el momento, Darkwire sigue siendo una propuesta presentada en el Hackathon Oficial de Bitcoin 2025, pero cyber tiene como objetivo desarrollar el proyecto aún más, puliéndolo para convertirlo en una plataforma de código abierto madura y establecerlo como «el estándar de la industria» en comunicaciones basadas en LoRa.

Futuro de Darkwire

Además, dado que Darkwire aún es una obra en progreso, cyber reconoció que actualmente enfrenta algunas limitaciones que podrían resolverse con el tiempo. Esto incluye el ancho de banda relativamente bajo de la radio LoRa y la sensibilidad de LoRa frente a los obstáculos del terreno, así como la dependencia de los nodos de Darkwire en los nodos de salida de Internet, que podrían convertirse en posibles puntos de falla.

«Espero que las personas que viven bajo cualquier régimen autoritario puedan utilizar Darkwire y hacer que la verdad salga a la luz», concluyó cyber.

Por lo tanto, a medida que las redes de Darkwire crezcan, esas limitaciones deberían mejorar significativamente, proporcionando a los usuarios de Bitcoin en entornos difíciles los medios para enviar transacciones a los validadores de Bitcoin en otras partes del mundo.

Editado por Sebastián Sinclair