Advertencia sobre los Stablecoins y la Soberanía Monetaria Europea
Un alto funcionario del banco central francés ha advertido que los cambios en la política de EE. UU. que fomentan los stablecoins podrían erosionar la soberanía monetaria europea en ausencia de un euro digital. Denis Beau, primer subgobernador de la Banque de France, señaló que la reciente orden ejecutiva de la administración de Donald Trump, que promueve los stablecoins respaldados por el dólar, presenta consecuencias adversas concretas para la soberanía financiera de Europa y urgió a avanzar hacia la creación de un euro digital.
Discurso del Subgobernador
En un discurso la semana pasada, Beau destacó que la orden ejecutiva, firmada por el presidente Trump a finales de enero, prohíbe todo trabajo relacionado con el desarrollo de una nueva forma de moneda digital de banco central, promueve el desarrollo de stablecoins respaldados por el dólar y alienta a ciudadanos y empresas a utilizar blockchains públicas. Advirtió que
“sin una solución de pago basada en dinero del banco central”,
las alternativas privadas no europeas podrían dominar las finanzas tokenizadas.
Consecuencias de la Ausencia de un Euro Digital
Beau afirmó que
“si la tokenización de activos financieros gana impulso, la falta de una solución de pago con dinero de banco central en euros podría amenazar el rol del dinero de banco central como ancla de la arquitectura monetaria de la zona euro, lo que tendría consecuencias adversas concretas.”
El primer subgobernador vinculó esta tendencia a un aumento en los riesgos de contraparte y de liquidez, un incremento de la fragmentación en la liquidación y, en última instancia, a una pérdida de soberanía y un debilitamiento de la estabilidad financiera. Beau añadió que la nueva dirección política de Trump refuerza la necesidad de que Europa preserve su soberanía monetaria, lo que implica desarrollar su soberanía en sistemas de pago.
También mencionó que Apple Pay y Google Pay ya han establecido una sólida presencia en Europa, mientras que los sistemas de pago europeos siguen fragmentados y están perdiendo constantemente cuota de mercado.