La Evolución de la Minería de Criptomonedas
A muchas personas aún les gusta pensar en la minería de criptomonedas como una actividad esencialmente rural y casi primitiva, donde se confía en la energía eólica en invierno y en la energía hidroeléctrica en verano. Imaginar el desierto lleno de máquinas sobrecalentadas funcionando incesantemente es una imagen común, pero lo que hoy predomina en la industria es un modelo de «minería ligera». Este modelo no depende tanto de recursos naturales como agua o electricidad, y se ha trasladado a espacios urbanos, como edificios de oficinas. Los antiguos rugidos de los ventiladores y el olor a circuitos quemados han dado paso a un funcionamiento silencioso y discreto que genera tokens sin hacer ruido.
El Modelo Urbano de Minería
Por ejemplo, el abogado Honglin, quien frecuentemente trabaja con actores en el espacio de Web3 en ciudades como Shanghái y Shenzhen, me ha mostrado oficinas donde pequeñas máquinas de hardware son presentadas como «nuestras minas de criptomonedas». Estas máquinas operan en un ambiente donde el bullicio de la vida financiera se siente en el exterior, mientras que dentro de las oficinas apenas se percibe el calor de operación. Esta «minería ligera» ha evolucionado en respuesta a las estrictas regulaciones que han presionado a la industria en los últimos años. La combinación de riesgos políticos y la transición de varios proyectos hacia modelos como el PoS (Proof of Stake) han hecho que la forma física de la minería se vuelva casi invisible.
Desafíos Regulatorios en China
Desde el punto de vista regulatorio, este fenómeno se encuentra en una zona gris: aunque el equipo cumple las normativas y operar un nodo no es ilegal, los métodos de ingreso y los incentivos asociados sí pertenecen a la categoría de criptomonedas. Así, la minería no es completamente ilegal, ni está completamente clara, manteniendo un delicado equilibrio en el entorno financiero. Para entender adecuadamente esta realidad, es fundamental considerar la trayectoria de las regulaciones en China respecto a la minería.
Desde mayo de 2021, el Comité de Estabilidad y Desarrollo Financiero del Consejo de Estado anunció la necesidad de reprimir las actividades relacionadas con Bitcoin. Esto desencadenó una campaña masiva que resultó en el cierre de las principales zonas de minería en Xinjiang, Mongolia Interior y Sichuan, que previamente habían liderado la minería a gran escala. Tal intervención se justificó al señalar el alto consumo de energía y emisiones de carbono de estos procesos.
Reducción del Consumo Energético y Nuevos Incentivos
No obstante, con el avance de la tecnología, muchos proyectos han abandonado el algoritmo PoW, reduciendo drásticamente su consumo energético. Las operaciones de minería se han trasladado de grandes centros a oficinas urbanas. Aunque se podría considerar minería, no hay un alto consumo de electricidad asociado. Al mismo tiempo, la creciente demanda de poder computacional para aplicaciones de IA ha puesto algunas infraestructuras de minería bajo un nuevo marco de incentivo.
El poder computacional se ha convertido en un recurso clave; sin embargo, las distinciones entre la minería tradicional y las aplicaciones de IA han comenzado a desdibujarse. Hoy, es difícil para los reguladores determinar cuáles proyectos caen en la categoría de minería y cuáles se dedican al negocio legítimo de la computación. Esta falta de claridad ha llevado a muchos proyectos a operar en la clandestinidad, buscando evadir regulaciones que no son capaces de seguir el ritmo de la evolución tecnológica.
La Necesidad de Adaptación Regulatoria
El abogado Honglin ha observado que, en el contexto de la política china hacia las criptomonedas, podría haber un espacio para flexibilizar las regulaciones sobre minería. Esto no implica un cambio en la postura del gobierno, sino más bien el reconocimiento de que los nuevos modelos de negocios en torno a la minería no coinciden con las viejas definiciones de consumo elevado y baja contribución. En la actualidad, estos nuevos «mineros» contribuyen a la economía más allá de la emisión de tokens, generando incentivos más eficientes y sostenibles.
Además, las funciones de IA y Web3 se están entrelazando cada vez más. Cada vez más, equipos de blockchain participan en tareas de entrenamiento de modelos de IA, mientras que empresas de IA emplean incentivos on-chain para aumentar la participación en computación distribuida. Insistir en separar estas relaciones solo será contraproducente. El enfoque debe ser reconocer el cambio en la industria y reformular la regulación para adaptarse a la nueva realidad.
«La discusión no debe ser sobre el bando de la ilegalidad, sino sobre cómo se entiende y se regula la evolución de la infraestructura tecnológica.»
Tras los desarrollos de la última década, donde la minería estaba asociada con la generación de monedas, el futuro probablemente girará en torno al control del poder computacional. Si China no puede construir un marco regulatorio que contemple esta evolución, corre el riesgo de quedar atrás en la próxima ola de competencia global en infraestructura de computación. En lugar de reprimir, sería más eficaz adoptar un enfoque que integre y adapte la minería al nuevo entorno regulatorio, permitiendo el desarrollo abierto de los proyectos que pueden contribuir al crecimiento económico y a la innovación.