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Los DAOs están redefiniendo la corporación, y la ley no está lista | Opinión

antes de 3 semanas
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Las opiniones y puntos de vista expresados aquí pertenecen únicamente al autor y no representan las opiniones del editorial de crypto.news.

Las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAOs)

Las criptomonedas han cambiado la forma en que comerciamos e invertimos, y ahora están comenzando a desafiar la manera en que nos organizamos. De esto se trata las organizaciones autónomas descentralizadas, o DAOs. De hecho, los DAOs no son un pequeño experimento, ya que poseen más de 20 mil millones de dólares en activos líquidos; sin embargo, a los ojos de la mayoría de los sistemas legales, apenas existen.

Sin CEOs, sin sede y sin un estatus judicial reconocido, un DAO simplemente no encaja en las categorías que los tribunales y reguladores han utilizado tradicionalmente para las empresas. Por lo tanto, el verdadero problema es que la ley debe adaptarse a organizaciones que no se parecen en nada a aquellas para las que fue construida.

Desafíos Legales y Estructurales

En términos simples, a medida que los DAOs se expanden, los sistemas legales deben repensar qué es realmente una «organización» y si la responsabilidad real sobrevive cuando el código gobierna. En su mejor momento, los DAOs ofrecen apertura, velocidad y verdadera propiedad colectiva, permitiendo que cualquier persona con conexión a internet pueda presentarse, proponer una idea o votar.

Esto funciona porque el código maneja los procesos centrales, haciendo que la gobernanza sea mucho más transparente que en una empresa tradicional. Como resultado, se obtiene un sistema que reduce las barreras de entrada y permite a las personas coordinarse a gran escala sin la necesidad de gerentes.

Sin embargo, las mismas características que hacen que los DAOs sean eficientes también revelan una gran debilidad. Los poseedores de tokens pueden sentirse como propietarios, pero bajo la ley, no lo son. En otras palabras, sin una personalidad jurídica, los DAOs no pueden firmar contratos, pagar impuestos o proteger a sus miembros de la responsabilidad personal.

La Falta de Responsabilidad

El problema más profundo es que, cuando nadie es verdaderamente responsable, la «propiedad comunitaria» se convierte en una actuación. En la práctica, esto significa que las voces más ruidosas o más ricas, aquellas con el tiempo y los recursos para participar, dominan las propuestas, establecen la agenda y marginan a la comunidad más amplia.

Además, cuando la participación se vuelve nominal, la promesa de propiedad colectiva desaparece, la innovación se ralentiza y la confianza se erosiona dentro de la comunidad y más allá. Por eso, los DAOs deben abordar la responsabilidad real, o la visión de gobernanza abierta parecerá accesible, pero no cambiará nada.

Intentos de Adaptación

Las preguntas clave son si los legisladores y constructores pueden cerrar esa brecha y si los envoltorios de entidades tradicionales resuelven el problema o simplemente crean nuevos compromisos. Por ahora, la mayoría de los DAOs han intentado cerrar la brecha regulatoria tomando prestado del mundo corporativo. Algunos se registran como LLCs, otros lanzan fundaciones, y algunas jurisdicciones, como Wyoming y las Islas Marshall, permiten que los DAOs se registren como su propio tipo de entidad.

Colectivamente, estos movimientos ayudan a arreglar lo básico, ya que un envoltorio permite firmar contratos, mantener activos y pagar proveedores como cualquier empresa, pero complica todo lo que sigue. Los envoltorios legales a menudo chocan con las reglas en cadena, dejando a la comunidad elegir entre el código y el cumplimiento.

Impacto en la Innovación

Esa elección rara vez se mantiene interna, porque una vez que los equipos están distribuidos en diferentes jurisdicciones, el mismo DAO de repente cae bajo múltiples reguladores, sistemas fiscales e incluso definiciones legales conflictivas de lo que es un DAO. Todo esto resulta en un mosaico legal que eleva los costos fijos en diferentes jurisdicciones, empuja decisiones clave fuera de la cadena a unos pocos firmantes y, en última instancia, ralentiza la adopción, ya que los equipos más pequeños quedan excluidos y los usuarios ven menos transparencia.

Estos compromisos ya son visibles en cómo operan los proyectos de DeFi. Por ejemplo, la reciente propuesta «DUNI» de Uniswap muestra lo que realmente cuesta el envoltorio de entidades. El plan reserva 16.5 millones de dólares en UNI para impuestos y defensa legal, con una posible responsabilidad ante el IRS esperada por debajo de 10 millones de dólares. Si los grandes nombres pueden permitírselo, los DAOs más pequeños no pueden, lo que provoca retrasos en lanzamientos, limitaciones de acceso para los usuarios de EE. UU. o incluso la decisión de trasladarse al extranjero por completo.

El Futuro de los DAOs

Así es como el cumplimiento frena la innovación, haciendo que la burocracia defina el ritmo de la adopción. En tal situación, la solución no vendrá automáticamente. Desde mi perspectiva, lo que los DAOs necesitan es un marco regulatorio construido para la descentralización misma.

Entonces, ¿qué sigue? En mi opinión, si los DAOs van a convertirse en algo más que experimentos, la ley debe ponerse al día. Necesitamos un marco diseñado para la descentralización desde cero, un andamiaje institucional que mantenga a los DAOs abiertos, pero los haga responsables.

Para mí, una solución práctica es repensar el deber fiduciario para la era digital. Cada DAO podría nombrar un «fiduciario digital«, específicamente, un rol establecido en código y reconocido por la ley. En ese caso, siempre habría alguien responsable cuando las cosas salgan mal, por lo que la confianza no dependería solo de la reputación, sino que estaría respaldada por una clara responsabilidad.

Otra solución podría ser establecer una línea base armonizada a través de fronteras o una especie de «pasaporte DAO». Esto establecería estándares mínimos para la transparencia, la protección de la responsabilidad y la resolución de disputas, de modo que los proyectos no tuvieran que reconstruir su estructura legal cada vez que cruzaran a un nuevo país.

Esa es la verdadera bifurcación en el camino. Si la ley no puede adaptarse, los DAOs seguirán siendo una herramienta de zona gris para los insiders. Pero si los reguladores se hacen cargo, los DAOs podrían evolucionar hacia la próxima capa de la economía global: abierta, sin fronteras y responsable por diseño.

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