Condena por Secuestro Fallido en Londres
Un tribunal de Londres ha condenado a cuatro personas por un fallido secuestro y ataque con una llave inglesa a un barbero belga. El grupo atrajo a la víctima a Londres con promesas de lujo y compañía, después de que él hiciera creer que poseía una fortuna en Bitcoin.
Sin embargo, para su sorpresa, cuando los atacantes le exigieron acceso a sus fondos, la víctima reveló que solo tenía poco más de $9 (£6.71) en su billetera de criptomonedas. Atónitos, los secuestradores redujeron su demanda a $67,000 (alrededor de £50,000) y finalmente se conformaron con $2,700 (o £2,000) de su cuenta bancaria.
Detalles del Secuestro
La víctima, Quentin Cepeljac, fue secuestrada en mayo de 2023 tras ser atraída al Reino Unido. Fue atacado, mantenido durante la noche y liberado después de que sus captores se enteraron de que no tenía tenencias significativas de criptomonedas, según un informe de The Times.
Uno de los atacantes, Davina Raaymakers, había hecho amistad con Cepeljac en las redes sociales semanas antes. Después de que él afirmara ser un exitoso comerciante de criptomonedas, ella lo invitó a Londres y le ofreció lo que describió como un apartamento de lujo. En cambio, lo llevó a un estudio en Shepherd’s Bush, donde tres hombres, incluido su novio, ya estaban esperando.
Luego emboscaron a Cepeljac, le pusieron un machete en el cuello y un cuchillo en la pierna, exigiendo acceso a su billetera de criptomonedas. Al darse cuenta de que no tenía tenencias significativas, se conformaron con efectivo de su cuenta bancaria y lo dejaron ir.
Investigación y Tendencias de Ataques
El periódico informó que los cuatro acusados admitieron el chantaje e identificaron a Isleworth Crown como el lugar del juicio. Aunque los registros judiciales aún no están disponibles, el periódico indica que la policía se reunió con Cepeljac en St. Pancras y utilizó datos de teléfonos y Airbnb para identificar a los sospechosos.
Decrypt ha presentado solicitudes de FOI para verificar los cargos, declaraciones y detalles de la sentencia. Este caso se enmarca en una tendencia más amplia conocida como «ataques con llave inglesa», donde se extorsiona a supuestos poseedores de criptomonedas mediante la fuerza física. Estos ataques apuntan a las personas directamente, eludiendo la seguridad digital.
La Cultura del Flex y sus Consecuencias
En un caso similar, un influencer de criptomonedas de TikTok en Francia fue secuestrado y mantenido por rescate, solo para ser liberado después de que sus atacantes descubrieron que estaba en quiebra. La pandilla lo había rastreado en función de sus publicaciones en redes sociales y creía en su supuesta riqueza.
«La cultura del flex en criptomonedas es peligrosa: los criminales apuntan a los poseedores tal como lo harían si publicaras una historia de Instagram mostrando un reloj de lujo junto a la piscina»
dijo Eyal Gruper, fundador y CEO de la plataforma de recuperación de Bitcoin autogestionada RITREK, a Decrypt. La cultura del flex, derivada del término de argot «flexing», se refiere al acto de presumir riqueza, estatus o posesiones, a menudo para impresionar a otros.
«Los oportunistas acechan en los mismos canales que tú usas, siguiendo los feeds de los insiders de la industria y monitoreando los hashtags de conferencias para detectar a cualquiera que valga la pena coaccionar», agregó Gruper.
En el ámbito de las criptomonedas, esto incluye presumir saldos de billeteras, compras de NFT, operaciones rentables o viajes de alto perfil a eventos de la industria. Sin embargo, algunos consideran que el enfoque en la cultura del flex es erróneo.
«La cultura del flex no es exclusiva de las criptomonedas; existe en todas las industrias»
afirmó Callum Mitchell-Clark, cofundador del protocolo de gestión de cestas tokenizadas Alvara, a Decrypt. Mitchell-Clark argumenta que señalar a la cultura del flex desvía la atención del verdadero problema: los criminales.
«Culparla por el crimen violento desvía la atención del verdadero problema: los criminales. La violencia es una elección, no una consecuencia de la visibilidad, y no deberíamos excusarla señalando a las víctimas.»
concluyó.