Puntos Clave
Australia es una de las naciones más conscientes en el ámbito de las criptomonedas en el mundo, con más del 31% de sus ciudadanos poseyendo activos digitales y casi 1,800 cajeros automáticos de criptomonedas distribuidos por todo el país. En Australia, las criptomonedas se consideran propiedad, lo que provoca la aplicación del impuesto sobre ganancias de capital (CGT) al momento de disponer de ellas, así como el impuesto sobre la renta al realizar actividades de minería, staking o recibir pagos.
Un fallo judicial de mayo de 2025 podría desafiar esta situación, sugiriendo que Bitcoin podría clasificarse como «moneda australiana», lo que potencialmente la exoneraría de la aplicación del CGT. Aunque la Oficina de Impuestos de Australia (ATO) no ha modificado aún su política, el resultado de la apelación podría establecer un precedente que transforme la futura tributación de las criptomonedas en el país.
El panorama fiscal para las criptomonedas en Australia está bajo un examen detallado y se prevé una posible transformación en 2025. La ATO ha intensificado su enfoque sobre los activos digitales en respuesta a los desarrollos legales que desafían las interpretaciones fiscales actuales, llevando a inversores y responsables políticos a navegar un entorno complejo y en constante evolución.
¿Es Legal las Criptomonedas en Australia?
Australia ha emergido rápidamente como un líder global en la adopción de criptomonedas. Datos del Índice de Criptomonedas de Reserva Independiente 2025 (IRCI) revelan que aproximadamente el 31% de los australianos ha poseído o posee criptomonedas, posicionando al país entre los principales adoptantes a nivel mundial. Con un 93% de los australianos conscientes de al menos una criptomoneda, Bitcoin se mantiene como el activo digital más reconocido y poseído, siendo incluido en las carteras de aproximadamente el 70% de los inversores en este ámbito.
El aumento en la adopción no se limita a los inversores individuales; también el interés institucional está en alza, con importantes entidades financieras como BlackRock, Grayscale y VanEck integrando activos digitales en sus ofertas. La Bolsa de Valores de Australia listó su primer fondo cotizado en bolsa (ETF) de Bitcoin el 20 de junio de 2024, cuando el VBTC de VanEck comenzó a cotizar, marcando un hito significativo para la exposición regulada a las criptomonedas en Australia.
Intercambios de Criptomonedas en Australia
El mercado de criptomonedas en Australia está respaldado por una sólida red de intercambios, tanto nacionales como internacionales. Algunos de estos son:
- Swyftx: Un intercambio con sede en Brisbane, reconocido por su interfaz amigable y una amplia gama de criptomonedas soportadas. Ha ganado popularidad entre los usuarios australianos por sus tarifas competitivas y características de trading completas.
- CoinSpot: Fundado en 2013, CoinSpot es uno de los intercambios más consolidados, que ofrece más de 430 criptomonedas y es especialmente valorado por principiantes debido a su seguridad y facilidad de uso.
- Coinbase Australia: La rama australiana del intercambio global Coinbase, registrada en el Centro de Informes y Análisis de Transacciones de Australia (AUSTRAC), ofrece una plataforma segura para operar con diversas criptomonedas.
- WhiteBIT: Un intercambio europeo que ha ampliado su presencia al mercado australiano, proporcionando una plataforma de trading integral que soporta más de 325 criptomonedas.
Además, Australia ha experimentado un aumento notable en el número de cajeros automáticos de criptomonedas, convirtiéndose en un líder de la región Asia-Pacífico. A partir de mayo de 2025, hay aproximadamente 1,817 cajeros automáticos en todo el país, con concentraciones significativas en Sídney (631), Melbourne (382), Brisbane (319), Perth (159) y Adelaida (110). Sin embargo, este rápido crecimiento ha atraído la atención reguladora. AUSTRAC ha expresado preocupaciones sobre actividades de lavado de dinero que podrían ser facilitadas a través de estos cajeros automáticos, solicitando a los operadores implementar medidas robustas de prevención de lavado de dinero (AML) y financiamiento del terrorismo (CTF).
Además, el entorno regulatorio de Australia ha estado evolucionando para adaptarse a esta expansión. La Comisión Australiana de Valores e Inversiones (ASIC) y la ATO han estado desarrollando políticas para proteger a los inversores y fomentar la innovación.
Entendiendo el Marco Fiscal de las Criptomonedas en Australia
En Australia, las criptomonedas se consideran propiedad y, por ende, la disposición de activos de criptomonedas (venta, comercio, donación o compras) genera un evento de impuesto sobre ganancias de capital (CGT). La ganancia o pérdida de capital se calcula como la diferencia entre el valor del activo al momento de la disposición y su costo base original. Es importante mencionar que si las criptomonedas se mantienen por más de 12 meses, los individuos pueden ser elegibles para un descuento del 50% en el CGT.
Las criptomonedas que se reciben como ingreso, a través de actividades como minería, staking o pagos por servicios, se gravan como ingresos ordinarios, estableciendo como imponible el valor de mercado justo de las criptomonedas en el momento de su recepción.
Obligaciones de Reporte y Directrices de la ATO
La ATO exige que todas las transacciones de criptomonedas sean reportadas en las declaraciones de impuestos anuales. El año fiscal en Australia va del 1 de julio al 30 de junio, y las declaraciones suelen vencer el 31 de octubre del mismo año. Los contribuyentes deben mantener registros detallados de sus actividades con activos digitales durante al menos cinco años, incluyendo fechas, valores en dólares australianos y la naturaleza de cada transacción.
Para facilitar un reporte preciso, la ATO proporciona herramientas y calculadoras en línea que asisten a los contribuyentes en la determinación de sus obligaciones de CGT. MyTax Portal es la plataforma oficial de la ATO para presentar declaraciones de impuestos, incluidas las relacionadas con transacciones de criptomonedas. Además, la ATO ha intensificado sus protocolos de coincidencia de datos, colaborando con intercambios de criptomonedas australianos para recopilar información de clientes, incluyendo datos de transacciones e identificadores personales, con el objetivo de garantizar el cumplimiento y identificar posibles discrepancias en los ingresos reportados. Los contribuyentes que reciban cartas de advertencia de la ATO son aconsejados a revisar sus transacciones de criptomonedas y enmendar cualquier inexactitud en sus declaraciones fiscales de inmediato.
Las actividades de finanzas descentralizadas (DeFi), como préstamos, financiamiento, staking y yield farming, tienen implicaciones fiscales específicas en Australia. La ATO considera que muchas transacciones DeFi son eventos de CGT, especialmente cuando hay un cambio en la propiedad de los activos de criptomonedas. En general, las ganancias obtenidas de las actividades DeFi se categorizan como ingresos ordinarios, evaluadas a su valor de mercado justo en dólares australianos al ser recibidas. Por lo tanto, la ATO sostiene que las criptomonedas deben ser tratadas como propiedad para fines fiscales.
Reclasificaciones Legales Potenciales e Implicaciones
Un fallo de mayo de 2025 de un magistrado en Victoria ha provocado debates significativos sobre la clasificación de Bitcoin y sus implicaciones para el impuesto sobre ganancias de capital. El 19 de mayo de 2025, un magistrado de Victoria dictó sentencia en un caso que involucraba al exoficial de la Policía Federal Australiana, William Wheatley, quien fue acusado de robar 81.6 Bitcoin. El juez Michael O’Connell determinó que Bitcoin podría clasificarse como «moneda australiana» en lugar de propiedad, desafiando la posición establecida por la ATO en 2014, que clasifica a Bitcoin como un activo sometido al CGT al momento de su disposición.
Adrian Cartland, un abogado fiscal y co-demandado en el caso, afirmó:
«Se sostuvo que Bitcoin es dinero australiano. Es decir, no es un activo de CGT. Por lo tanto, las adquisiciones y disposiciones de Bitcoin no tienen consecuencias fiscales.»
Si se confirma en apelación, este fallo podría tener repercusiones financieras significativas, estimando Cartland que podrían reembolsarse hasta 1 mil millones de dólares australianos (aproximadamente 640 millones de dólares) a individuos que previamente pagaron impuestos sobre transacciones de Bitcoin.
Las implicaciones de este fallo son amplias. Si se ratifica, las transacciones de Bitcoin podrían no generar eventos de impuesto sobre ganancias de capital, lo que alteraría significativamente la forma en que se gravan las criptomonedas en Australia. Sin embargo, es crucial destacar que esta decisión actualmente se encuentra bajo apelación y no ha modificado aún las políticas de cumplimiento de la ATO. Hasta nuevo aviso, la ATO continúa requiriendo que Bitcoin y otros activos de criptomonedas sean reportados como activos de CGT.
¿Qué Sigue para los Impuestos sobre Criptomonedas en Australia?
El régimen fiscal de criptomonedas de Australia podría estar al borde de un cambio significativo. Mientras que el marco actual clasifica a los activos digitales como Bitcoin como propiedad, el panorama legal está evolucionando rápidamente. El fallo histórico de mayo de 2025, que presentó a Bitcoin como «dinero australiano», abre la puerta a posibles exenciones fiscales sobre las disposiciones de criptomonedas. Sin embargo, el fallo aún está bajo apelación y la ATO no ha actualizado su guía. Hasta que un tribunal superior confirme la reclasificación, tanto individuos como empresas deben seguir cumpliendo con las regulaciones fiscales existentes.
Mirando hacia el futuro, 2025 podría convertirse en un año crucial para la política de activos digitales en Australia. Legisladores, reguladores y expertos jurídicos están observando de cerca el caso, conscientes de que el veredicto final podría transformar la forma en que se aborda el tema de las criptomonedas, tanto desde una perspectiva legal como económica. Para los tenedores de criptomonedas, inversores y desarrolladores, ¿cuál es la mejor estrategia en este momento? Mantenerse informado, conservar registros claros y seguir las directrices actuales de la ATO. Porque si las cosas cambian, podrían hacerlo rápidamente y a favor de los usuarios.